El dólar va a subir más (y el peso va a caer)
Más allá de la increíble suba de la tasa, de las restricciones autoimpuestas en la emisión monetaria y hasta del préstamo del FMI, el Gobierno sigue eligiendo esquivar cuestiones tan elementales como la dinámica de la fuga de capitales, la acumulación de deuda en el Banco Central vía Leliqs, o las recetas que está aplicando para lograr el crecimiento económico.
Por ende, con el ajuste en marcha (y garantizado hacia adelante) el Presidente y sus funcionarios se encargan de esbozar que hay sectores de la economía que están bien y que eso es señal de que pronto llegará la ansiada recuperación. Pero elige pasa por alto y no mencionar que esos sectores tienen el precio de sus productos dolarizados: energía, servicios públicos, combustibles, agro y hasta el mercado financiero cuyas tasas forman parte de una tríada junto con la emisión monetaria y las reservas que alimenta el FMI.
En definitiva, enhebrando todos estos conceptos, lo que hace el Gobierno cada vez que dolariza un sector, es garantizar que la inflación seguirá teniendo una vigencia insoslayable este año a fuerza de ajustes de tarifas, lo que debería contemplar también un fortalecimiento de la tasa de interés, algo que va a generar más recesión. Esto es así porque el insumo básico de cualquier proceso productivo es la energía eléctrica, el gas y hasta el combustible líquido.
Independientemente de que, en ocasiones, una moneda como el dólar pueda apreciarse contra el resto de las monedas del mundo, la vulnerabilidad de la economía y las magras perspecticas vigentes, hacen que el impacto siempre sea mayor en nuestro país. Si la dinámica ratificada por el Presidente continúa, es fácil predecir que el dólar sufrirá nuevas presiones de demanda, impulsadas por el avance de la inflación y la incertidumbre electoral.
FUENTE: ÁMBITO.COM
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